Que los medios de comunicación ejercen influencia en nuestras vidas, es indudable, y es en este momento, con el gran avance de las tecnologías de la comunicación…
que esa influencia puede ser medida, procesada y volcada a estrategias de manipulación para aumentar el consumo de cosas o la penetración de ideologías.
Medios de comunicación masivos, redes sociales y cualquier fuente de información a la que tengamos acceso conforma un sistema de intercambios que el filósofo canadiense Malcom Macluhan (1) definió como “Ecología de los Medios”.
El término “ecología” proviene de la biología; refiere a las relaciones de los seres vivos entre sí con el medio que habitan; aplicado ese concepto al campo de la comunicación ayuda significativamente al análisis de los medios de comunicación y crea consciencia de la necesidad de preservar el medio que habitamos.
Herbert Marshall McLuhan (1) propuso en su teoría que los medios de comunicación influyen en la sociedad porque actúan como extensiones de los sentidos. Vemos, escuchamos y nos enteramos de lo que sucede en el mundo a través de ellos. De acuerdo con la Media Ecology Association, el término ecología de los medios se puede definir como “el estudio de los entornos de los medios de comunicación, la idea de que la tecnología y las técnicas, los modos de información y los códigos de comunicación desempeñan un papel de liderazgo en los asuntos humanos”
Teniendo en cuenta que quienes median el mensaje son empresas pujando por su espacio en el mercado, es de esperar que cada mensaje que procesen lo hagan pensando en sus estrategias comerciales.
Mientras los medios masivos han tenido desde siempre algún tipo de regulación escrita o tácita enmarcada en el sentido común o buenas costumbres de cada época, las redes sociales han roto con todos los códigos y se han convertido en un medio de comunicación sin ninguna regulación.
Al respecto, el filósofo y escritor italiano Umberto Eco, manifestó duramente su posición frente al tema diciendo:
“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”
Las nuevas tecnologías de Información y comunicación tienen dos formas de ejercer influencia en nuestras vidas, la primera, en relación al mensaje, sobre el cual la única alternativa que tenemos es ignorarlo, o chequear su veracidad, etc.; pero la segunda forma de influenciar nuestra vida, es mucho más difícil de reconocer, porque es la generación de datos que aportamos sin saberlo desde cada dispositivo conectado a la red que usamos.
Ante este panorama, una actitud activa sería ser conscientes del medio ambiente mediático y poner en discusión si al actual modelo de comunicación se lo debe dejar librado a las fuerzas del mercado o habría que regularlo.
Mientras esperamos ese día, podríamos empezar por nosotros mismos actuando como filtros de aquello que no tengamos la certeza de su veracidad. Después de 30 años de internet no podemos pecar de inocentes, tenemos capacidad para evaluar hasta qué punto mejora o empeora nuestras vidas y hacer algo por mejorar la ECOLOGIA MEDIATICA.
(1) Herbert Marshall McLuhan; Edmonton, 1911 – Toronto, 1980, Filósofo, profesor y teórico canadiense que influyó en la cultura contemporánea por sus estudios sobre la naturaleza y efectos de los medios de comunicación en los procesos sociales, el arte y la literatura.
(2) Masacre en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda, el 15/03/2019.
(3) La compañía de Mark Zuckerberg ha ordenado la eliminación de miles de cuentas, grupos y usuarios que actuaban coordinadamente desde Rusia para propagar noticias falsas. ver…
Aníbal A. Rodríguez, es Licenciado en Gestión cultural UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual.
Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.
Otros artículos del autor:
“La respuesta perdida, exploraciones en arte”
