Quien más quien menos ha sentido la pulsión de dejar Argentina. Unos prueban y vuelven, o siguen camino, pero están los que se quedan, como lo hicieron nuestros antepasados para venir a Argentina, un país que prometía ser algo y solo consiguió a medias.
Los que emigran han de tener grandes razones para hacerlo, lo mismo que aquellos que se quedan. Depende de muchas cosas; de las posibilidades de desarrollo personal o profesional, etc. El tiempo dirá si esas razones fueron suficientes para tomar alguna decisión.
En el caso de Patricia, argentina, docente universitaria, viajó a EEUU en 1976 y allí reside desde entonces. Trabajó en escuelas secundarias y universidades. Actualmente es jubilada por el sistema Social Security y pensionada por el fondo de retiro de docentes. Reside en la ciudad de White Plains, NY en el Estado de Nueva York, EEUU.
¿Qué motivo o condiciones deben darse para que un argentino decida vivir permanentemente?
En mi caso la idiosincrasia argentina, tanto en lo profesional como en lo personal. Me refiero a la forma de ser de los argentinos que engolfa un sentimiento de superioridad con respecto al resto del mundo y en particular de parte del hombre hacia la mujer. Si bien no me afectaba que me dijesen “Qué lindo trasero tenés” miles de veces… el atreverse a decirle a una mujer “Eres lo más feo que existe.” sí lastima y sólo dicho para reírse o para hacer reír.
En Argentina, en los últimos años, se está dando con fuerza el movimiento feminista y la reivindicación del rol de la mujer y sus derechos como el comienzo de un cambio en el trato hacia las mujeres.
El movimiento feminista se va al otro extremo; pretende que no se diga nada…
Es que no es cuestión de no decirle cosas a las mujeres, nada más agradable que un piropo, pero cuando el hombre, como me sucedió en la escuela secundaria, hace un hábito del reírse de una chica porque no es bonita, la cosa cambia. En mi opinión, el pueblo argentino es el rey del bulling, y más aún cuando es en patota.
El alto índice de femicidios en Argentina fue el disparador de estos cambios que se dieron en los últimos tiempos; marchas multitudinarias visibilizaron lo que pasaba, pero aún así no se resuelve, como tampoco el índice de violencia doméstica, acoso y abuso en todos los ámbitos.
Femicidios siempre hubo, sólo que no se informaba sobre ellos y, en más de un caso, se justificaba pues se decía “Vaya uno a saber cuán puta era la mina.”
La sociedad actual es “más culta” y gracias a las mujeres que, como yo, que no reparábamos en ponerlos en su lugar, la cosa viene cambiando desde hace mucho. Además, la mujer ya es más universitaria que ama de casa. Acá un hombre que me diga “Me gusta tu culo” lo reporto al primer policía que encuentro.
En los grupos en las redes sociales de argentinos en el extranjero observo algunas consultas de los futuros emigrados que me anticipan la precariedad de su viaje y la creencia de que no hay diferencias culturales entre los países.
Muy cierto lo que decís. Es que en su ceguera crónica piensan que podrán hacer aquí lo mismo que allá. Y duele como nos “presentamos” porque el argentino es persona de nobleza y solidario en todo.
La “idiosincrasia de café”, ese pensamiento soberbio desde donde se pretende señalar al otro sus problemas pero que jamás cambia nada, es lo que nos define. Es una forma de ser que cruza todos los niveles socioeconómicos y culturales. Pero no se imaginan el cambio que deben experimentar aquí.
El argentino en calidad de “inmigrante” debe entender prontamente que ya no está en su casa, que es un embajador de su país y que siempre lo será. Que debe respetar las reglas de su nuevo país, que una “piolada” afecta la imagen de su país de origen y no tiene lugar en otro país.
Te soy sincera, interactúo con argentinos, pero en algunos casos decido alejarme cuando se pone de manifiesto alguna estrategia de esas en su comportamiento. Me ha pasado con gente que dice haber vivido en mi zona pero desconocer el nombre de las calles. Son detalles ínfimos aunque un anticipo de lo que podría venir luego.
¿Cuáles fueron las cosas que como argentina te costaron más para adaptarte?
No soy de esas personas que tienen problemas para adaptarse y esto se debe a que fui criada haciéndole frente y buscando soluciones a las dificultades. Soy de esas personas que disfrutan “lo nuevo” y lo incorporan a sus vidas en la medida que les beneficie.
Desde Argentina se tiene la impresión de que Nueva York es el ombligo del mundo; que todo pasa allí primero, ¿cómo se ve desde NY al resto del mundo?
NY y los estadounidenses en general ven al resto del mundo como lugares donde todo está a 10 escalones por detrás. Afortunadamente y gracias a las redes sociales y otros medios de comunicación, esta visión está cambiando.
La multiculturalidad es un fenómeno social en el que los distintos grupos étnicos conviven con los demás, pero en compartimientos estancos, es decir no hay una “fecundación cultural” en la que se intercambien costumbres, ritos, y otros elementos propios de cada cultura, ¿Cuál es la situación en NY o en EEUU en general?
El intercambio cultural se da en NY y en estados donde conviven significativamente diferentes culturas, mas no se da a nivel “fecundación”. La gente participa de eventos como “El 12 de octubre” y el “Día de San Patricio” pero hasta ahí no más, es decir no se incorporan estas tradiciones a los hogares; de hecho, las comidas típicas se dan solo en restaurantes, a excepción de la italiana.
Si bien se nota un cambio en todo esto, el mismo llevará décadas en concretarse, especialmente en la comunidad latina ya que el peruano rechaza al resto de la misma y lo mismo hacen los argentinos / colombianos / ecuatorianos. La grieta fisionómica es MÁS que evidente.
La tradición que más ha penetrado entre los latinos es el Día de Acción de Gracias y sólo por sus connotaciones religiosas. No es mi caso pues soy atea.
¿Existen diferencias de los planes de estudio entre la escuela pública y la privada? ¿Es accesible la escuela privada para el ciudadano medio? ¿El docente es respetado y valorado socialmente?
La escuela privada se rige por el U.S. Department of Education y hay de todos los niveles económicos, desde la parroquial hasta la muy cara.
A diferencia de lo que la escuela privada fuese en Argentina, aquí es buena. La escuela pública no es buena pues la falta de disciplina da lugar a que el alumno haga lo que quiera. Todos los “intentos” para mejorarla son de pacotilla.
El docente NO es valorado ya que “el estudiante siempre tiene la razón”…debe él mismo hacer algo muy grave para que se le acuse. El nivel de conocimientos es bajo ya que el alumnado -en general- no hace su trabajo y las autoridades escolares lo permiten.
Gracias por la entrevista, Silvia.
Sin duda el presente artículo amerita una profunda reflexión sobre las cosas que como sociedad debemos mejorar. Silvia reafirma lo que desde acá se intuye y hemos visto al viajar. Creer que la cultura es igual en todos lados es un error como así también que somos los peores, de hecho muchos migrantes siguen llegando por estas tierras en busca de lo que no encontraron en su país.
Aníbal A. Rodríguez, es Técnico en Gestión cultural UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual. Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.