¿Quién dice qué es arte?

Es arte el arte

Un estudiante de arte pasa años estudiando, practicando, perfeccionando su arte. Finalmente presenta su obra en el Salón Nacional, pero no es admitida a pesar de cumplir con todo lo aprendido en la academia, ¿Por qué?


A. Pees Labory relata el proceso de su obra “La era de la desinformación”,

Tengo cierta manía de levantar cosas que la gente desecha y guardarlas en mi terraza. Esto mismo hacía Antonio Berni. Tenía un lugar en donde clasificaba todo. Cuando falleció, pasaron unos meses hasta que abrieron su taller para inventariar todo; para eso trajeron de Francia a una estudiosa de su obra, la Profesora Martha Nanni, que se encargaría de determinar qué era arte y que no en el taller del artista. Hubo que tirar de su estudio varios volquetes llenos de basura. Esto me lo contó ella misma.

La basura por sí sola no era arte, pero sí lo era si estaba ensamblada con una intención artística. De intenciones abunda la historia de la humanidad, aunque, según Nanni, una cosa eran las intenciones de Berni y lo que hacía con su basura, y otra, las intenciones que puedo tener yo con mi basura. Así por ejemplo nació la serie “Juanito Laguna”, de Berni y “La era de la desinformación” que hice yo…

De niño, uno de los lugares que más atrapaban mi atención eran los basurales de las esquinas en donde se volcaban los desechos de alguna mudanza.
De adulto produzco mis propios desechos que guardo con el mismo tesón. Me gusta desarmar computadoras viejas, impresoras, discos rígidos de donde recupero motores, imanes de neodimio, cables, fuentes de alimentación, etc. Después de un tiempo, si ocupan mucho lugar, los suelto a su destino final.

“La era de la desinformación”, en algún momento fue un ventilador; un caño de PVC que llegó volando con alguna tormenta y un bidón de agua que usaba como contrapeso.

Seré honesto, en invierno no alcanzaban las cuerdas para tender ropa, y se me ocurrió usar estas grillas de alambre para poner a secar los calcetines. Los gatos del vecindario las usaban de nido, cuestión por la que decidí ponerlas en altura aprovechando el caño de PVC caído del cielo, con la innovación de que ante un viento fuerte en vez de volarse la ropa, giran y se orientan como una veleta.

Pasaron dos años en uso hasta que un día le saqué una fotografía y noté la belleza de sus formas simples, depuradas, rítmicas …. Y me dije: ¿Qué puede envidiar mi obra a la banana en la pared o el tiburón de Damien Hirst ???  Sin embargo, ¿Es arte?

Cuándo una obra es arte quizás sea el tema más controversial para muchos sectores de la cultura, no así para algunas minorías; de hecho, hemos visto hace poco tiempo vender una banana pegada a una pared por 120 mil dólares, un tiburón embalsamado dentro de un estanque, y la lista sigue.

En las escuelas de arte es obligatorio aprobar diversos talleres como dibujo, pintura, grabado, escultura en donde se enseña a trabajar con materiales tradicionales, esos que se consiguen en cualquier librería o ferretería, pero ¿cuándo se produce esa ruptura en la que los materiales de una obra artística se buscan en el mar, o en la frutería?

“Comediante” obra de Maurizio Cattelan

Cuando yo estudiaba arte, se escuchaba cierto “mantra” por los pasillos de la escuela, “Hay que aprender de la academia, para luego negarla”. En su momento me pareció todo un reto, pero hoy no le veo mucho sentido. ¿Matarse estudiando algo para luego desecharlo?

Lo cierto es que la mayoría no desechó todo lo que aprendió, sino todo lo contrario, salimos con un sesgo académico difícil de liberarse. Nos formaron como docentes, ilustradores, publicistas y decoradores, pero no como artistas. De los artistas copiamos lo que estaba al alcance, lo que la dictadura dejó mostrar y enseñar.

‘La imposibilidad física de la muerte en la mente del vivo’, de Damien Hirst.

Hace un tiempo, en una muestra de jóvenes en el Centro Cultural Recoleta, me detuve a admirar la obra de una joven presente; ella me confesó que no estudió arte sino que fue al taller de un maestro pintor y eso le había significado logros importantes como ser seleccionada para la muestra actual o acompañar a su maestro en una muestra colectiva, con muy pocos meses de trabajo.

No es el primer caso; hace un año me ocupé de desarrollar la página web de otra artista quien llegó al arte de forma azarosa y concurrió al taller de otro maestro reconocido. Actualmente expone esculturas en Argentina y Europa con singular reconocimiento.

Entonces, ¿cómo es el asunto? Estudiar para luego negar, no estudiar para hacer lo que esperan las galerías… cortar camino pagando a un maestro para que nos enseñe los secretos y nos introduzca en el sector… Como artista te sentís estafado.  

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¿Quién dice qué es arte?

Lo cierto es que el concepto de arte ha variado con el paso del tiempo y según las sociedades.

“Arte” es un concepto que nace con la modernidad en Europa en el siglo XV, antes de eso NADA se hacía para el gozo de la contemplación estética sino para rituales o fines devocionales que acompañaban actividades domésticas, como cazar, beber, o ir a la guerra. Esos objetos no se exhibían por su valor intrínseco sino para cumplir una función y sus autores eran anónimos, trabajaban en grupo como hoy una empresa arma un teléfono o levanta una casa.

Para entender mejor qué es arte, cuáles son sus valores y principios de funcionamiento, me ha servido de mucho comprender los conceptos campo, Habitus, capital e Illusio que desarrolló el sociólogo francés P. Bourdieu (1930-2002).

Campo es un espacio específico en donde suceden interacciones en un sistema particular de relaciones que pueden ser de alianza o conflicto, de concurrencia o cooperación. De ahí que se lo piense al arte como un campo más entre muchos otros que abarcan diferentes esferas de la vida social y económica de una sociedad. Visto de esta manera, el campo del arte sería un lugar en donde interactúan entidades no solo humanas sino institucionales, que pujan por conservar o hacerse de un lugar de poder dentro del sistema.

Pierre Bourdieu.

Según Bourdieu el arte tiene dos facetas, una simbólica que se puede entender como “el arte por el arte” y la otra que se relaciona con el campo económico y denomina bien cultural.

Para Bourdieu el artista es un producto del entorno que ha creado él mismo; su creencia de verse como “genio” se alimenta de la visión que tienen de él otros campos que ven al artista y su medio como una construcción histórica que le confiere valor al arte. En ese sentido, el artista recibe su legitimación no solo de su propio campo sino de otros como el campo del poder, bajo una forma de dominación que Bourdieu llama violencia simbólica.

La valoración de su obra estaría dada por un grupo selecto que tiene la capacidad de observar su estética, como producto de lo asimilado como clase dominante (habitus). Dicho de otro modo, la valoración de la obra se la darán las minorías que tuvieron acceso a consumos culturales, sean otros artistas o personas que por su posición social y económica han tenido acceso al arte naturalizadamente en el lugar que habitaron.

Esas personas, al organizarse dentro del lugar que ocupan, en las esferas sociales, institucionalizan sus prácticas a través de entidades públicas y privadas, que legitimarán al artista y su obra.

Bajo esta particular mirada, el arte contemporáneo no estaría basado en sus valores estéticos sino en el proceso de legitimación de instituciones que deciden qué es arte y qué no, basándose en una creencia colectiva establecida desde el campo artístico y consentida por los grupos de poder.

Ciertamente mi obra, “La era de la desinformación”, no será una obra de arte mientras ninguna institución museística, crítica especializada, galerías de arte o bien un conjunto importante de amigos artistas, influencers, o amigos del poder en cualquiera de sus formas, lo dictamine.

Pero si esto funciona así, Sr P. Boudieu, ¿No le parece injusto que toda producción con intención artística, hecha por autores sin reconocimiento o en proceso de obtenerlo, no entre en alguna categoría dentro del campo de la cultura?

Aníbal A. Rodríguez, es Licenciado en Gestión del Arte y la Cultura por la Universidad de Tres de febrero, UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual.
Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.

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