Por Blas.
Como se ha destacado en el artículo anterior, “¿Cuánto amamos a las mascotas?”, Argentina es uno de los países que posee la mayor cantidad de mascotas por habitante en la región, siendo a la vez importante proveedor de animales para ese fin y preponderante el comercio ilegal de especies.
Con un Estado laxo en materia de controles, sin estadísticas ni políticas públicas, el comercio ilegal se ha vuelto una actividad en crecimiento que recauda millones de pesos a pesar de la evidente expoliación de flora y fauna autóctona.
Diego Moreno, Secretario de Política Ambiental del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, admite que “a pesar de que el tráfico de fauna es uno de los más importantes a nivel mundial, acá no es tratado a ese nivel” y asegura que “no existen diagnósticos ni estadísticas oficiales sobre las zonas de extracción, tránsito y comercialización”.
En el mapa mundial, la biodiversidad local resulta más que tentadora para el tráfico ilegal, donde al día de hoy, no hay una sola persona condenada por ser un delito excarcelable. En caso de ser detenido por las autoridades, basta pagar una fianza para quedar “eximido”. Moreno, admite que al día de hoy, no hay una sola persona condenada. “Pagan fianza y se van”, afirma.
Al respecto Hernán Ibáñez, asesor de Fundación Azara[1] y experto en tráfico de fauna, dice, “(el tráfico de especies) debe ser considerado crimen organizado y tratado como un delito complejo para cambiar la perspectiva y que no se nos sigan yendo nuestras especies”
Las aves representan el cincuenta por ciento de la comercialización ilegal de animales en Argentina. Entre las especies más buscadas por los cazadores se destacan los tucanes, loros, lechuzas, jilgueros y cardenales, para luego comercializarlas como mascotas. De acuerdo con estimaciones de la Dirección de Fauna Silvestre (DFS), 9 de cada 10 animales capturados mueren antes de llegar a sercomercializados.
La diversidad y belleza de las especies provenientes del Noroeste del país son las que más padecen la espoliación. Las rutas nacionales más utilizadas para el comercio son las N° 9, 11, 14 y 34 y los destinos más habituales son la Unión Europea y países del medio oriente. Sobre el tema, las Naciones Unidas e Interpol estimaron que a nivel mundial el tráfico ilícito de flora y fauna mueve hasta US$ 23.000 millones por año. Y es el tercer negocio ilegal en el mundo, detrás del tráfico de drogas y el de armas. En Argentina se estima que la cifra ronda por los cincuenta millones de dólares. Especies como el cardenal se lo puede comercializar en el extranjero desde 500 dólares para uso como “mascota”. También existe la comercialización de animales en vía de extinción en el área de Rosario y Buenos Aires.
Una vez más, cabe la pregunta, si no tomamos conciencia del contexto que habitamos, y cómo nos involucramos directa o indirectamente con la naturaleza, ¿qué tipo de sociedades estamos gestando?
[1] La Fundación
de Historia Natural Félix de Azara -creada el 13 de noviembre del año 2000- es a la fecha una de las instituciones de investigación
en ciencias naturales, ambientales y antropológicas más prestigiosa de la Argentina, habiendo sido premiada internacionalmente por su labor.
Erika Ruiz, es estudiante de Producción Audiovisual y realizadora audiovisual independiente.
Nuevamente muy buena la info, esta bueno que en medios de comunicación alternativos le den trascendencia a estosntemas que en los medios masivos no les dan ni bola.
Saludos, Lucas de City Bell.
Gracias Lucas, por seguir la pagina y tener en cuenta la nota. Saludos