Separando la paja del trigo.
El arte contemporáneo es mirado con desconfianza desde sus inicios, a fines del siglo XIX. Fueron sus rupturas permanentes con la academia que separaron las aguas en dos orillas, allá lo académico representando la habilidad en el manejo de materiales, técnicas y principalmente del dibujo realista y de este lado una gran masa variopinta parecida a una balsa a la deriva con destino incierto. En la balsa los balseros, algunos van sentados y seguros, pero otros se van cayendo por el camino. O los tiran. O mueren de cansancio.
Hace unas semanas terminó ArteBA, dejándose escuchar que a pesar de la profunda crisis, fue un éxito de ventas. Bueno, habría que ser más específicos para discernir qué tipo de éxito es más exitoso. De alguien se puede decir que es “exitosamente alto” por medir más de 1,80 m pero de ahí a que con el sistema métrico se intente medir “bondad”, “talento”, “honestidad”….
En ese sentido ArteBA es sincero, dice que su éxito fue de ventas, que a ellos es lo que les interesa y punto. Y aquí viene el enlace con este video de Antonio García Villarán, que no es un santo de mi devoción, pero considero que desarrolla muy bien un caso del arte contemporáneo que deja en evidencia a esos que se subieron en la balsa, que llegaron a la playa… y después se tiraron al agua para ahogarse.
Aníbal A. Rodríguez, es Técnico en Gestión cultural UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual.
Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.