En una época cruzada por el marketing y la necesidad de monetizar cualquier cosa, el binomio “Arte y Ciencia” me produce más desconfianza que curiosidad. Y explico por qué, la ciencia es rigurosa, sometida continuamente a comprobaciones o refutaciones. El arte es exactamente lo contrario, y gracias a Dios!
Crear una categoría en cualquier campo es un tema serio, solo quien ostenta una posición dominante en ese campo puede crearla. Si esto es así, ¿los artistas tenemos derecho a opinar? o debemos dejar que categoricen nuestro campo las fuerzas del mercado?
Me pregunto qué tan fuerte será el concepto que sostiene a esta categoría y lo someto a algunas pruebas. Me remito a la antigüedad, cuando artesanos y artistas experimentaban con aleaciones y materiales nuevos ¿eran artistas-científicos? Si a cualquier obra le adiciono alguna reacción química o eléctrica ¿es arte ciencia? Lo siento, mi desconfianza aumenta.
Leo la nota de ese diario importante que instala masivamente esta categoría y me cuenta sobre un artista que dentro de una cueva imita una estalactita con un disco duro informático sumergido en ácido. Es arte, no lo dudo, pero ¿dónde está la ciencia? Acaso el uso de objetos electrónicos determina una categoría? ¿Que sería si hubiese usado un pastel de queso, fuego, o una bicicleta ¿qué arte sería?
Más adelante en la nota describe a otro artista que instaló unos molinos de viento en la Antártida … ¿es ciencia-arte?
Mis dudas van tomando cuerpo y noto la dificultad que tengo para encontrar el lugar adecuado para poner estos conceptos. Sin embargo existe uno en donde encaja cómodamente: marketing.
El capitalismo en el rubro arte, opera y goza de buena salud. Es negocio. Necesita del marketing para comunicar, promocionar, hacer autosustentables a las organizaciones que el Estado no quiere sostener y me parece ideal, pero me preocupa cuando opera como su hermano mayor El Marketing comercial.
El marketing cultural tiene en su genética visión comercial pero al transitar el universo de subjetividades de la cultura, no puede operar igual a su antecesor porque evidenciaría sus foco en la expansión de la organización, a riesgo de percibirse como la monetización de lo subjetivo, cuestiones que podrían desencantar al público.
Más sobre el tema…
https://evemuseografia.com/2018/02/02/arte-y-ciencia-similitudes-y-diferencias/
Aníbal A. Rodríguez, es Licenciado en Gestión cultural UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual.
Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.