Amor e historietas comparten algunos síntomas y atributos. Las historietas no solo se leen, se devoran. Su dibujo no agota al detallar, sino que profundiza el misterio de la imagen, el cuadrito es entonces una apertura hacia el relato. La sensación de que una escena fija, y además dibujada, toma vida es fascinante. Por más explicaciones que intenten develar el truco, no podemos evitar caer bajo ese encanto. ¿Parecido al amor, quizás?
Es que las historietas, al igual que los amantes, no se miran, se devoran con la mirada, en tanto el amor, por su parte, los devora a ellos. Como ficciones que indagan en la realidad misteriosa del amor, no pretenden enseñarnos nada. Aun fantásticas, se rigen por la profunda sensualidad de la verdad. Cuentan lo que cuentan y lo hacen sin vueltas, atrapantes desde el primer cuadrito. Si existe algún mensaje en esta antología está en recordarnos la vieja canción: todo lo que necesitamos es amor. Y algunas buenas historietas. Que ahora están en tus manos.