Descubrir nuestras capacidades y potenciales es sin lugar a dudas atreverse a “hacer”. Pasar por un período de introspección más o menos largo nos conducirá a conocernos cada vez un poco más, pero si nos quedamos en la introspección misma, nuestros potenciales se quedarán ahí. Para descubrir cosas nuevas hay que atreverse a hacer cosas nuevas.
Cuando sentimos deseos de hacer algo distinto y nuevo, puede surgir la inhibición. Ésta nos confronta con nuestra parte más insegura, esa que no se atreve a salir de los lugares comunes en donde se siente segura, aunque se encuentre a disgusto en esos sitios. Confrontarse con esas timideces y vergüenzas nos permitirá abrirnos hacia las cosas nuevas.
En algunos casos podemos conocer nuestras capacidades y gustos, pero conocer no es lo mismo que desarrollar, quedando aquello estancado en el marco de la frustración, de lo no realizado. En otras ocasiones desconocemos aquello que nos gusta o nos causa placer hacer, por el simple hecho de no hacerlo, de no animarnos a explorar y experimentar.
Haciendo es como se aprende a través de las experiencias. Experimentando aquellas cosas que nunca nos atrevimos a hacer podemos descubrir nuestras capacidades, como así también nuestra capacidad humana de aprender. El potencial que te habita por dentro es muy amplio y variado y será muy bueno embarcarte en la aventura de descubrirlo. Quedarse en los sitios cómodos nos produce una sensación de incomodidad que puede manifestarse como aburrimiento o desgano entre otras formas. Cuando estas sensaciones se hacen presentes, es bueno abrirnos a la posibilidad que nos da explorar cosas nuevas.
Podés pasarte años y años haciendo las mismas cosas, las que aprendiste a hacer y te dan tu seguridad. Podes ser feliz haciendo de esta manera pero si de pronto surge alguna incomodidad, alguna necesidad imperiosa que busca ser satisfecha, alguna curiosidad, es un buen momento para prestar atención. Estos impulsos pueden utilizarse para que te lleven a la acción. Realmente tenemos mucho potencial dentro que en verdad desconocemos. Es igual que tener una semilla pero no brindarle las condiciones necesarias para que pueda desarrollarse.
A veces es posible que en aquellas actividades que realizamos a diario sintamos que nos estamos estancando. Esto es debido a que llevamos años y años en piloto automático. Hay mucho más que podemos hacer en nuestras cuestiones diarias. No es necesario abandonar lo que estamos haciendo, sino despertar nuestro potencial que se encuentra dormido y utilizarlo para mejorar nuestras practicas cotidianas. Esto puede ser aplicable al trabajo.
En definitiva, el potencial que te habita por dentro buscará la manera de darse a conocer si sus peticiones son escuchadas. Una vez que lo descubras y lo desarrolles, podrá llevarte hacia nuevos horizontes, hacia nuevas posibilidades. Tu potencial puede impulsarte en un sentido diferente al que venias transitando, o bien darte la posibilidad de desarrollar al máximo tus capacidades en el lugar en el que te encuentres. Si el potencial que te habita por dentro está llamando a tu puerta, bueno sería atender al llamado y prestarle atención.
Pablo Daniel Sambataro, Profesor de Educación Fisica. Reikista, poeta. Autor de “Revoluzción, poesía de la nueva era”