Se presenta como Pina , así de simple; el afiche ostenta una frase de la genial coreógrafa a modo de lema:
“Dance, dance, dance. Otherwise, we are lost”
(Bailemos, bailemos, bailemos; de lo contrario, estamos perdidos).
Ella es Pina Bausch
El 30 de junio de 2009, Pina Bausch, la gran bailarina y coreógrafa alemana que intervino en el universo de la danza de manera magistral, muere a los 68 años afectada por un cáncer de pulmón que había sido guardado como secreto de estado. Unos pocos años más tarde su amigo el director alemán Wim Wanders, encabezó la tarea de trazar su vida fielmente para que el mundo conozca su obra, su arte y su personalidad. Había pasado una semana del estreno de su última obra , “Musguito” en la piedra, inspirada en Violeta Parra, en su último viaje a Chile .
Las primeras clases de danza que tomó fueron en un gris pueblo llamado Solingen, zona administrativa de Dusseldorf, Alemania; la vieron dibujar unos pasos y dijeron “la niña es muy elástica “ pero Pina no solo era elástica, era “Pina”. A los 15 años ella se puso en manos del gran Kurt Jooss y a los 19 años volaba a Nueva york, siendo la primera beca concedida a una bailarina alemana para ir a la prestigiosa Julliard School.
Consagrada como una de las figuras más importantes dentro de la danza contemporánea del siglo xx, su estilo vanguardista y su influencia para las tres generaciones posteriores de coreógrafos de todo el mundo, atestigua la singularidad de su talento, de hecho se la considera la madre de la Danza Teatro, con una manera de concebir el espectáculo de manera compleja, abierta y no lineal. Sus coreografías retratan al ser humano con todos sus defectos y virtudes aseverando que su interés no estaba en el movimiento de las personas, sino por los que las mueve.
En la época neoyorkina de Bausch aparecen sus bases y estilo creativo único. Su pasión por la ópera antigua proviene de su tiempo interminable dentro del Metropolitan Opera y de aquella experiencia única nacerán piezas de repertorio reconocidas mundialmente como Ifigenia u Orfeo y Euridice. Su obra, “la consagración de la primavera” pasó a formar parte del repertorio de la Opera de París donde la superficie de escena se cubrió de tierra húmeda por primera vez. Eran tiempos de trabajo junto al diseñador Rolf Bornzik pilar fundamental del aparato estético y formal. En “Los siete pecados capitales”, (1976) aparecen cascadas de agua y espejos de agua, collage musical, y trayectos escénicos que evocan ensayos, entre otras excentricidades nunca vistas en la danza; de esta manera, “Café Muller” (1978) fue llevado al cine. Borzik muere en 1980 a los 35 años y Pina nunca se recuperó de tal perdida.
EL TANZTHEATER en Wuppertal, Renania (Alemania), ballet fundado hace 35 años, se convirtió en el templo de la danza moderna mundial. La lista de obras de Pina presentadas allí son sencillamente geniales, “Limpiador de ventanas” (1997), “Bamboo Blues” (2006) y su participación en “La nave va”. Se destacó también junto a Pedro Almodóvar en “Hable con ella” y su rol de directora en “El Lamento de la emperatriz” (1990) como algunos de sus éxitos.
Dueña de un bajo perfil, Pina fue distinguida con innumerables premios de la danza en todo el mundo, pero nunca se pronunció públicamente sobre sus obras.
Ella exploró al ser humano y puso en el lenguaje de la danza su lado despiadado y desesperado, contado con extrema belleza. Una elegida, única, atemporal, Pina !
Alejandra Netto, es Profesora Nacional de Danzas. Egresada del ISATC Instituto superior de arte del Teatro Colón. Técnica en Gestión del Arte y la cultura en la Universidad de Tres de Febrero UNTREF.