Para el visitante inadvertido a la ciudad de Buenos Aires le puede parecer nuestro clima bastante inestable o sorpresivo, pero lo más importante es saber el papel que juega el río de La Plata como espejo de agua al influir directamente sobre las estaciones.
Oficialmente el otoño comienza el 21/04 pero no es hasta un mes después que se muestra completo: 5°C a las 7 am; 15°C al mediodía; 10°C cuando cae el sol a las 18.
Los árboles ya dejaron caer casi todas sus hojas amarillas y los días van de nubosos a nublados. Comienzan los bancos de neblina.
El aspecto sombrío de las calles y el frío al que todavía no nos acostumbramos invita a hacer una parada en algún café o, los fines de semana, en el club social del barrio para ver fútbol de la liga nacional o europea.
Las mujeres se reúnen también en las confiterías y cafeterías de franquicia a acompañar su infusión preferida con “cosas dulces”.
Los visitantes caribeños o brasileños no se acostumbran a estas variaciones de temperaturas durante el día, y los que vienen de zonas frías como Canadá, que les parece verano, caen en la trampa del clima rioplatense tan húmedo y se engripan igual.
La característica del clima en Buenos Aires es la humedad proveniente del río de la plata, un espejo de agua con un ancho de 68 km que lo hace acreedor al título de “río más ancho del mundo”.
El río de la plata actúa como amortiguador de la temperatura haciendo que los cambios no sean tan bruscos pero a la vez produce una humedad ambiente que para la ciudad es bastante molesta.
Otra influencia del clima en Buenos Aires son los vientos cálidos provenientes del norte que pueden llegar en otoño o pleno invierno produciendo lo que comúnmente se le llama “veranito” que puede durar tres o cuatro días. Lo mismo pero a la inversa puede pasar pero con vientos polares provenientes de la Antártida. Esto se anticipa con la llegada de nubes grises gigantes y puede durar más de una semana.