Alguien que estudió el gusto estético de las personas, su origen, composición y acceso, fue Pierre Bourdieu. Analizamos su concepto de Capital Cultural y Consumos Culturales.
La Adquisición de Capital Cultural y las Disposiciones de Gusto
La adquisición de capital cultural, según lo presentado por Pierre Bourdieu, juega un papel fundamental en la formación de las disposiciones y elecciones de gusto de las diferentes clases sociales. El capital cultural, que se refiere al conocimiento, habilidades y gusto cultivados a través de la educación y la experiencia, no se distribuye uniformemente en la sociedad. Las clases altas tienden a poseer más capital cultural, lo que influye significativamente en sus preferencias culturales y en cómo consumen el arte y otros bienes culturales.
Aquí hay algunos puntos clave que explican la relación:
- Educación y origen social: La investigación muestra una fuerte correlación entre el nivel de educación, el origen social y la participación en prácticas culturales como visitar museos, asistir a conciertos y leer. La educación, fuertemente influenciada por el origen social, juega un papel clave en la formación de las preferencias culturales.
- Gustos como marcadores de clase: Las preferencias en el arte y la cultura funcionan como marcadores de clase. La jerarquía social se refleja en las preferencias por diferentes formas de arte, géneros, escuelas y períodos.
- Capital cultural y decodificación del arte: Bourdieu argumenta que apreciar el arte requiere un “código” cultural. Este código, adquirido principalmente a través de la educación y la exposición temprana a la cultura legítima, permite a las personas decodificar y dar sentido al arte. Aquellos que carecen de este código pueden encontrarlo inaccesible o carente de sentido.
- La “mirada pura” y la distancia estética: Las clases altas, con su mayor capital cultural, tienden a exhibir una “mirada pura”. Esta forma de apreciar el arte se caracteriza por el desapego, el enfoque en la forma y el estilo sobre la función, y una apreciación del arte por el arte mismo. Esta disposición estética contrasta con la “estética popular”, que prioriza la función y la conexión emocional con el arte.
- La estética como ética: Bourdieu sugiere que la “mirada pura” está ligada a un ethos de distancia de las necesidades mundanas, un producto de las “facilidades” económicas que permiten tal distancia. Esta distancia se manifiesta en todos los aspectos de la vida, desde la elección de alimentos hasta la decoración del hogar, y refuerza las diferencias sociales.
La adquisición de capital cultural, en gran medida determinada por el origen social y la educación, moldea las disposiciones estéticas y las elecciones de gusto de las diferentes clases sociales. Estas preferencias culturales, a su vez, sirven como marcadores de clase, reforzando las diferencias sociales existentes.
Factores que Influyen en la Adquisición de Necesidades Culturales
Según Pierre Bourdieu en su texto “Consumo Cultural”, las necesidades culturales no son innatas, sino que se adquieren a través de la educación y la experiencia, desafiando la idea del gusto como un “don de la naturaleza”. Diversos factores interconectados influyen en cómo las personas desarrollan sus preferencias y consumen la cultura.
- Educación: La educación, formal e informal, es crucial en la formación de necesidades culturales. El sistema educativo, y en particular el tipo de educación recibida, influye significativamente en el acceso a la cultura legítima y en el desarrollo de las herramientas para comprenderla. La duración y la calidad de la educación, a menudo determinadas por el origen social, impactan directamente en la adquisición de capital cultural.
- Origen Social: La clase social de origen juega un papel fundamental. Las familias transmiten un “código” cultural a sus hijos, inculcando desde temprana edad ciertas preferencias y disposiciones hacia el arte y la cultura. Este proceso de herencia cultural, a menudo inconsciente, influye en cómo los individuos perciben y valoran diferentes formas de arte.
- Exposición Temprana: La exposición temprana a la cultura legítima, como visitar museos, asistir a conciertos o tener acceso a libros, es crucial para desarrollar el gusto y la familiaridad con ciertos códigos culturales. Esta exposición temprana, generalmente más accesible para las clases altas, crea una sensación de naturalidad y facilidad en la apreciación del arte, ocultando el proceso de aprendizaje y reforzando las diferencias sociales.
- Dominio de Códigos Culturales: Apreciar plenamente el arte y la cultura requiere el dominio de códigos específicos, que son sistemas de esquemas de percepción y apreciación adquiridos a través de la educación y la experiencia. Estos códigos funcionan como un “capital cultural” que permite decodificar y dar sentido al arte. La falta de estos códigos puede resultar en una experiencia frustrante o carente de sentido, limitando el acceso a la cultura legítima.
- Influencias Históricas: La percepción estética no es estática, sino que evoluciona a lo largo de la historia. La “mirada pura”, que valora la forma sobre la función y se considera la forma legítima de apreciar el arte en la actualidad, es un producto histórico ligado a la autonomía del campo artístico. Comprender el contexto histórico de la producción artística y los códigos estéticos dominantes en cada época es esencial para una apreciación completa.
La adquisición de necesidades culturales es un proceso complejo influenciado por la educación, el origen social, la exposición temprana a la cultura legítima y el dominio de códigos culturales específicos. Estos factores, interrelacionados entre sí, moldean la forma en que los individuos perciben, valoran y consumen la cultura.
Diferencias en la Percepción Artística entre las Clases Populares y las Clases Altas
La diferencia fundamental en la percepción artística entre las clases populares y las clases altas radica en el tipo de código cultural que utilizan para decodificar y apreciar el arte. Esta diferencia, según Pierre Bourdieu en “Consumo Cultural”, es producto de la desigual distribución del capital cultural en la sociedad.
- Las clases populares tienden a aplicar una “estética popular” , basada en la continuidad entre el arte y la vida. Priorizan la función del arte sobre la forma, buscando una conexión emocional directa con la obra y juzgándola según criterios éticos y morales. Esta perspectiva puede llevar a un rechazo de las búsquedas formales que distancian al espectador de la obra, como la distanciación brechtiana. En esencia, las clases populares “creen en las cosas representadas” y esperan que el arte les permita sumergirse en la representación sin barreras.
- Las clases altas, por otro lado, debido a su mayor capital cultural, han internalizado la “mirada pura”, una disposición estética que se caracteriza por:
- Desapego y distancia: Aprecian la obra en sí misma, separándola de su función y contexto social.
- Atención a la forma: Enfatizan la forma, el estilo y la técnica sobre el contenido o el mensaje.
- Conocimiento histórico: Reconocen las referencias y desviaciones dentro de la historia del arte, permitiéndoles comprender la obra dentro de un contexto más amplio.
Esta perspectiva estética, según Bourdieu, está ligada a un ethos de distancia de las necesidades mundanas, un privilegio que solo las clases altas, con su mayor capital económico, pueden permitirse.
Un ejemplo claro de esta diferencia se observa en la respuesta al arte abstracto. Mientras que las clases populares pueden encontrarlo carente de sentido al no representar nada reconocible, las clases altas, con su “mirada pura”, pueden apreciar la técnica, la composición y la innovación dentro del contexto de la historia del arte.
La percepción artística no es un acto individual y neutral, sino que está fuertemente influenciada por el capital cultural y la posición social. Las clases populares y las clases altas, al poseer diferentes códigos culturales, desarrollan modos de percepción artística divergentes, lo que perpetúa la distinción social a través del gusto.
La Disposición Estética como Producto Histórico
La disposición estética, definida como la capacidad de apreciar el arte por el arte mismo, no es una cualidad innata, sino un producto histórico moldeado por las estructuras sociales y la evolución del campo artístico. Esta perspectiva, elaborada por Pierre Bourdieu en “Consumo Cultural”, se aleja de la idea del gusto como algo natural o individual, y lo sitúa como un fenómeno socialmente construido.
Evolución de la “Mirada”: Un Proceso Histórico
- La “mirada pura”, tan valorada en la actualidad, es una forma de percepción artística relativamente reciente. Bourdieu la asocia al surgimiento de un campo artístico autónomo capaz de dictar sus propias normas de producción y consumo.
- Esta autonomía del arte se desarrolla a partir del siglo XVII, cuando artistas y teóricos comienzan a desafiar las normas estéticas impuestas por la Iglesia o la nobleza, buscando liberarse de las ataduras del mecenazgo y la función puramente decorativa o religiosa del arte.
- Con el impresionismo y el postimpresionismo, se produce una ruptura radical. El arte deja de limitarse a imitar la naturaleza y se centra en la exploración del color, la luz y la forma como fines en sí mismos. Esta transformación exige una nueva forma de mirar, una “atención exclusiva a la forma” que el arte anterior no requería.
- La “mirada pura” se convierte entonces en la forma legítima de apreciar el arte, una competencia cultural que distingue a las clases altas. Esta mirada implica un desapego de la función, un enfoque en la forma y una comprensión de la historia del arte para contextualizar la obra.
Ejemplo del Quattrocento: Dos Miradas Distintas
- El historiador Michael Baxandall, en su estudio del arte del Quattrocento, ilustra cómo la percepción artística está condicionada por el contexto histórico.
- Los clientes del Quattrocento, como buenos comerciantes, aplicaban una “mirada” pragmática y económica al arte. Les interesaba la calidad de los materiales, la cantidad de trabajo invertido y la fidelidad a la representación. El oro y el azul ultramar, por su elevado precio, eran considerados estéticamente superiores.
- En cambio, el espectador actual, influenciado por la “mirada pura”, se centra en la composición, el uso de la perspectiva y la maestría técnica, dejando de lado consideraciones económicas o la cantidad de pigmento utilizado.
La Educación y la Reproducción de la Disposición Estética
- La “mirada” no se adquiere de forma espontánea, sino que se aprende e internaliza a través de la educación. El sistema educativo, al privilegiar ciertas formas de arte y modos de interpretación, reproduce la disposición estética dominante, que a su vez refuerza las diferencias sociales.
- Las clases altas, al tener mayor acceso a la educación formal y a experiencias culturales tempranas, adquieren con mayor facilidad la “mirada pura”, consolidando su posición de privilegio en la jerarquía social.
En definitiva, la disposición estética, lejos de ser un atributo natural, es una construcción histórica íntimamente ligada a la evolución del campo artístico y a las estructuras de poder de la sociedad. La “mirada pura”, que hoy se considera la forma legítima de apreciar el arte, es el resultado de un largo proceso histórico que ha ido moldeando nuestra forma de ver y comprender el arte.