Robots que esculpen obras de arte en mármol en la ciudad toscana de Carrara han transformado la producción escultórica de Italia.
Durante siglos, los artistas italianos han utilizado el mármol de la región para crear sus obras, desde Miguel Ángel hasta Bernini y Canova. Ahora, el trabajo de los robots de tallado de mármol se ha convertido en la norma en muchos talleres, incluyendo el taller de Robotor en Carrara, donde el ABB2 y el Quantek2, dos brazos robóticos, han creado esculturas de mármol impresionantes, con la misma precisión y detalle que las de los artistas humanos.
La ciudad de Carrara ha sido la fuente de algunos de los mejores mármoles del mundo durante siglos, y ha sido fundamental en el desarrollo de la escultura de mármol. Sin embargo, el uso de robots en la talla de mármol ha cambiado la forma en que se piensa sobre el arte y la producción escultórica. Algunos artistas ven a los robots como una amenaza a la tradición artística, mientras que otros los ven como una forma de evolución.
La empresa Robotor, que fabrica los robots de tallado de mármol, cree que los robots son la única forma de garantizar la continuidad y la evolución de la escultura italiana en mármol. Michele Basaldella, uno de los técnicos detrás del robot, dice: “No necesitamos otro Miguel Ángel, ya tuvimos uno”. Los robots, dice, son la forma de llevar la producción escultórica a un nuevo nivel.
Los robots no solo son capaces de tallar el mármol con precisión, sino que también son capaces de hacerlo a una velocidad que los artistas humanos no pueden igualar. Esto significa que pueden producir obras de arte mucho más rápido que los artistas humanos, lo que significa que los talleres pueden tomar encargos que antes no eran posibles.
El Quantek2, un brazo robótico de 6 ejes, es uno de los robots más avanzados de Robotor. Es capaz de tallar bloques de mármol de hasta 8 toneladas con una precisión de hasta 0,1 mm. A pesar de su aparente falta de alma y creatividad, el Quantek2 es capaz de esculpir detalles finos y delicados en el mármol, lo que significa que es capaz de reproducir el trabajo de los artistas humanos con una precisión asombrosa.
A pesar de los avances tecnológicos, muchos artistas ven a los robots como una amenaza a la tradición artística. Según Giacomo Massari, uno de los fundadores de Robotor, muchos artistas prefieren perpetuar la idea de que trabajan solos, con un cincel y un martillo. Pero para Massari, abandonar las técnicas manuales tradicionales era la única forma de asegurar la continuidad y evolución de la escultura italiana en mármol.
La introducción de los robots en la producción escultórica ha llevado a un cambio en la forma en que se concibe el arte. Mientras que antes se consideraba que las obras de arte eran el resultado de la habilidad y la creatividad de un solo artista, ahora se reconoce que la producción de obras de arte puede ser una colaboración entre artistas.
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