¿Déficit cultural en el ámbito empresarial?

Déficit cultural empresarial

Actualmente, la importancia que se le da al arte y la cultura en la formación académica varía entre las diferentes universidades y sistemas educativos. En algunos casos, las disciplinas artísticas siguen siendo consideradas importantes y se integran en la formación general, pero en otros casos han sido relegadas a un segundo plano. En muchas universidades modernas, la enseñanza de las artes y la cultura se limita a programas específicos, mientras que en otros sistemas educativos no están incluidas en la formación general.

Probablemente el avance de la ciencia y su complejidad sean el motivo de que la enseñanza y producción artística hayan sido desplazadas de los programas de estudio; de hecho, la aparición permanente de posgrados y especializaciones dentro de las carreras son un indicador de ello.

Algunas instituciones, luego de la experiencia de discontinuar los contenidos culturales, han vuelto sobre sus pasos y demostrado un creciente interés en la importancia de las artes y la cultura en la formación académica, realizando esfuerzos para incorporarlas de nuevo en la enseñanza. Se argumenta que las artes y la cultura tienen un papel importante en la comprensión de la diversidad cultural y en la formación de una sociedad más inclusiva y equitativa.

Un caso clave

La red social LinkedIn es una de las más importantes en reunir y mantener perfiles profesionales de todas las áreas; conectar con colegas y posibles empleadores, y seguir a compañías e industrias. También permite a las empresas publicar ofertas de trabajo y buscar talentos. Estas características atraen a los diversos sectores del ámbito profesional y les sirve para hacer contactos y mostrar sus logros, competencias y opiniones.

Si bien dentro de LinkedIn, el arte tiene su espacio, sus temas quedan circunscriptos a los grupos específicos sin traspasar una barrera invisible que los separa de los otros sectores del mundo empresario. Por fuera de los grupos sobre cultura, los temas relacionados a los consumos culturales que no pertenezcan a la industria cultural, carecen de total relevancia.

No siempre fue así

En el siglo XIX la sociedad europea estaba en pleno proceso de cambio y transformación con la Revolución Industrial y la globalización. Con estos cambios, las elites políticas y culturales buscaban establecer una identidad nacional y cultural, y el arte y la cultura se convirtieron en un medio para lograr esto.

 El arte y la cultura eran vistos como un indicador de progreso y desarrollo económico, cultural y nacional de un país, la inclusión del arte y la cultura en la formación académica se consideraba importante para formar personas cultas y civilizadas, fomentar la identidad nacional y la cohesión social, y desarrollar habilidades cognitivas y emocionales. También se creía que el conocimiento de la historia y las tradiciones culturales ayudaba a comprender mejor la humanidad y el mundo.

El arte y la cultura se utilizaron para reflejar la identidad nacional y la historia de un país, y se creó una jerarquía de géneros artísticos y estilos que se consideraban superiores a otros. Se fomentó la creación y el consumo de arte y cultura para demostrar la riqueza y el poder económico de un país.

Las disciplinas artísticas que se consideraban esenciales para lograr la misión de formar personas cultas y civilizadas incluían:

  • Música clásica
  • Pintura y escultura
  • Literatura
  • Teatro
  • Danza

Estas disciplinas se enseñaban como parte de la formación general y se esperaba que los estudiantes las apreciaran y las comprendieran. También se fomentaba su práctica y producción.

Además de ser consideradas importantes para formar una educación completa y civilizada, estas disciplinas artísticas tenían objetivos específicos en la formación académica del siglo XIX:

  • Música clásica: Se consideraba que la música clásica ayudaba a desarrollar el gusto y la sensibilidad estética, así como a mejorar la concentración y la memoria. También se creía que la música tenía un efecto positivo en la moral y el carácter.
  • Pintura y escultura: La enseñanza de la pintura y la escultura se enfocaba en la apreciación y la comprensión de las obras de arte, así como en la práctica de la técnica y la producción de obras. Se creía que esto ayudaba a desarrollar la imagen y la percepción visual, la observación y la interpretación.
  • Literatura: La literatura se consideraba esencial para la formación de la personalidad y la formación intelectual, ya que se creía que ayudaba a desarrollar la capacidad de pensamiento crítico y la empatía. También se creía que la literatura ayudaba a comprender mejor la historia, la sociedad y la humanidad en general.
  • Teatro: El teatro se consideraba una forma importante de arte y entretenimiento, y se enseñaba como parte de la formación general. Se creía que el teatro ayudaba a desarrollar habilidades sociales, como la comunicación y la interpretación, así como a fomentar la empatía y la comprensión de otras culturas y formas de vida.
  • Danza: La danza se enseñaba como un arte y una forma de expresión corporal. Se creía que la danza ayudaba a desarrollar la coordinación, la gracia y la disciplina física, así como a fomentar la sensibilidad estética y la comprensión de la música.

Las jerarquías académicas en la ilustración

En el siglo XIX, la creación de academias de arte y ciencias fue una parte importante del movimiento de Ilustración y la búsqueda de un conocimiento más objetivo y sistemático. Las academias eran instituciones públicas o privadas que se dedicaban a la enseñanza, la investigación y el fomento de las artes y las ciencias. La academia de las artes tenía una importancia similar a la de la academia de ciencias y humanidades dado que se consideraban instituciones clave para el desarrollo y la difusión del conocimiento y la cultura en un país.

Una se ocupaba de la enseñanza y el fomento de las artes visuales y escénicas, como la pintura, la escultura, la arquitectura y el teatro.

Por otro lado, la academia de ciencias y humanidades se dedicaba a la enseñanza y el fomento de las ciencias naturales, la filosofía, la historia y otras disciplinas humanísticas. La academia tenía un papel importante en la formación de intelectuales y en la difusión de conocimientos científicos y humanísticos.

Ambas academias eran vistas como instituciones importantes para el desarrollo y la difusión del conocimiento y la cultura, y se esperaba que contribuyeran al progreso y la civilización de la sociedad.

Tiempo de rupturas

La aparición de las vanguardias artísticas europeas en el siglo XX produjo cierto descrédito a la academia de arte como institución. Las vanguardias artísticas cuestionaron y rompieron con los estándares estéticos y técnicos tradicionales enseñados en la academia, y adoptaron nuevas formas de expresión artística.

Esto llevó a un conflicto entre las vanguardias y la academia, que se negó a reconocer y aceptar las nuevas formas de arte como legítimas. La academia se vio a sí misma como la guardiana de la tradición y los valores estéticos y técnicos establecidos, y se resistió a aceptar la innovación y la experimentación artística propuestas por las vanguardias.

En consecuencia, la academia perdió parte de su prestigio y autoridad como institución de enseñanza y formación artística, y las vanguardias ganaron reconocimiento como fuentes innovadoras y vanguardistas de arte.

Ciertamente la aparición de las vanguardias llevó a una fragmentación y multiplicidad de voces y estilos artísticos, que dificultó establecer una autoridad y unos valores universales como antes. Sin embargo, esta fragmentación también abrió nuevos caminos y posibilidades para la expresión artística y permitió una mayor diversidad y pluralismo en el arte.

Si bien no se puede afirmar de manera universal que la educación en contenidos artísticos haga que los estudiantes de ciencias sean mejores profesionales, pero sí puede tener algunos beneficios. La educación en artes puede fomentar habilidades y capacidades que son importantes para cualquier profesional, como la creatividad, la resolución de problemas, la capacidad de pensar de manera crítica, la capacidad de comunicación y la empatía. La educación en arte también puede mejorar la comprensión y apreciación de la cultura y las tradiciones, lo que puede ser útil para tener una visión más amplia y equilibrada de la sociedad y el mundo.

Además de las habilidades y capacidades mencionadas anteriormente, la educación en arte también puede fomentar el pensamiento divergente, es decir, la capacidad de considerar múltiples perspectivas y soluciones a los problemas. Esto es particularmente importante en ciencias, donde la capacidad de pensar fuera de los parámetros convencionales puede ser fundamental para el avance del conocimiento.

El mundo empresarial y sus consumos culturales

La relevancia de la red social LinkedIn para analizar este fenómeno está dada por concentrar empresas en búsqueda de talentos en un sector de altos índices de formación universitaria. Estas son solo algunas de las razones que pueden explicar por qué algunos líderes empresariales pueden no mostrar un interés por el arte y la cultura.

  • Foco en objetivos comerciales: Muchos líderes empresariales están principalmente enfocados en lograr objetivos comerciales y financieros, como aumentar las ganancias y reducir costos.
  • Escasez de tiempo: La vida empresarial puede ser muy intensa y requerir una gran cantidad de tiempo y energía, lo que puede dificultar encontrar tiempo para el arte y la cultura.
  • Desconocimiento de su importancia: Algunos líderes empresariales pueden no tener una comprensión clara de cómo el arte y la cultura pueden impactar positivamente en su negocio.
  • Falta de experiencia personal: Aquellos que no han tenido una experiencia personal significativa con el arte y la cultura pueden ser menos propensos a apreciarlos y valorarlos.

Algunos pueden verlo como una inversión valiosa en el desarrollo humano y social, mientras que otros pueden enfocarse en objetivos más prácticos y económicos. La percepción de la importancia del arte y la cultura es un tema muy subjetivo y puede variar de persona a persona.

Mientras que algunos pueden verlos como una forma de enriquecer la vida humana y contribuir al desarrollo de la sociedad, otros pueden verlos como un lujo innecesario. Estos diferentes puntos de vista pueden influir en la forma en que los líderes empresariales ven el arte y la cultura y en la cantidad de recursos que están dispuestos a dedicar a ellos.

La razón de que algunos empresarios sí se interesan en el arte y otros lo ignoran podría ser que unos han recibido competencias culturales cotidianamente en la casa paterna y otros no.

La educación y las experiencias que una persona tiene durante su infancia y juventud pueden influir en sus valores y prioridades más adelante en la vida. Por ejemplo, si una persona creció en un entorno en el que el arte y la cultura eran valorados y fomentados, es más probable que los considere importantes en su vida adulta. De manera similar, si una persona no tuvo acceso o no se interesó por el arte y la cultura en su juventud, es menos probable que los considere relevantes más adelante. Además, la educación formal también puede influir en las percepciones de una persona sobre el arte y la cultura. Por lo tanto, es posible que la educación y las experiencias tempranas de una persona tengan un impacto significativo en su percepción y apreciación del arte y la cultura.

También es posible que la cultura y los valores de una empresa o industria influyan en la percepción de los líderes empresariales sobre el arte y la cultura. Por ejemplo, en una industria en la que se valora la eficiencia y los resultados a corto plazo, es posible que los líderes empresariales consideren que el arte y la cultura son un gasto innecesario o una distracción. Sin embargo, en otras industrias o empresas que valoran la innovación y la creatividad, es posible que los líderes empresariales consideren que el arte y la cultura son una parte valiosa de su cultura organizacional y una inversión en el desarrollo de la creatividad y la innovación de sus empleados.

La industria cultural como sustituto de la cultura

Theodor Adorno considera que la industria cultural es un producto de la sociedad de masas y su principal objetivo es generar ganancias a través de la producción en masa de bienes culturales. Para Adorno, la industria cultural y el arte son dos formas diferentes de producción y recepción de la cultura que tienen objetivos y resultados distintos. Aunque la industria cultural puede incluir obras de arte de calidad, Adorno argumenta que su enfoque en la producción en masa y el entretenimiento conduce a una regresión en la calidad y profundidad artística.

¿Podría la industria cultural cuyo objetivo principal es la comercialización de productos culturales con fines lucrativos, reemplazar al arte en su función como desarrolladora de la creatividad, concentración y ejercicio de ideas?

Es difícil creer que algo pensado para entretener masivamente, y atravesado por la necesidad de obtener rentabilidad logre los objetivos del arte. Todo hace pensar que un contenido destinado a satisfacer mayorías difícilmente logre la profundidad y completitud personal.

El arte puede ser una experiencia más personal y significativa que los productos culturales comerciales, y puede tener un impacto más profundo y duradero en el desarrollo de habilidades y capacidades en las personas. La industria cultural puede ofrecer entretenimiento y distracción, pero no puede reemplazar la experiencia única y significativa que puede brindar el arte. La exposición a ambos puede ser valiosa, pero es importante reconocer que el arte tiene un papel único y valioso en la formación de los estudiantes.

El arte también puede ser una forma de fomentar la creatividad y la innovación, habilidades valiosas en cualquier campo de estudio, incluidas las ciencias. La exploración de nuevas formas de pensar y expresarse a través del arte puede inspirar a los estudiantes a buscar soluciones innovadoras a los problemas científicos y a pensar fuera de lo convencional.

En definitiva, la inclusión de contenidos artísticos en la formación académica puede ser un complemento valioso para su desarrollo intelectual y emocional, puede enriquecer su aprendizaje y brindarles habilidades y capacidades adicionales que les serán útiles en su vida profesional y personal.

Aníbal A. Rodríguez, es Licenciado en Gestión del Arte y la Cultura por la Universidad de Tres de febrero, UNTREF (Buenos Aires, Argentina)
Artista digital como Aníbal Pees Labory, egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano (Bs, Aires), Diseñador gráfico y audiovisual.
Fundador y director de “HUMUS” y “CUIDATE CULTURA”.

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